Sabrina, Sabrina where have you been all my life?
María Roqueñi
"Once upon a time, on the North Shore of Long Island...there lived a small girl on a very large state.” Sabrina, película por el aclamado director Billy Wilder (1954), basada en la obra de Samuel A. Taylor Sabrina Fair, es una mirada satírica a la alta sociedad de los años 50 y el inesperado pero poderoso sentimiento que se da de vez en cuando entre los seres humanos, aquello que llamamos amor y que es capaz de desdibujar las líneas económicas, sociales y políticas impuestas en nuestro mundo. La película ofrece una encantadora e ingeniosa mezcla entre el clásico cuento de hadas de Cenicienta y una comedia. La adaptación de Wilder es una de sus mejores obras en la que se conjuntan las actuaciones ganadoras de los tres actores centrales: Humphrey Bogart, William Holden y, especialmente, Audrey Hepburn, en su segundo papel de protagonista, en el que observamos los distintivos que le ganaron su fama —su elegancia, estilo, ingenio, sofisticación y un toque de comedia—mismos que hacen al personaje de Sabrina encantadoramente agradable.
Un drama cómico efectivamente ingenioso que explora el contraste entre las clases sociales, contraste que persiste incluso en la sociedad actual. Wilder tiene un sentido del humor versátil con el cual teje una trama gustosamente simple que enamora a cualquiera. La película es un equilibrio adepto de romance y drama infundido con comedia que nos revela el humor sutil inherente a los momentos más dramáticos. Con su encantador elenco lleno de estrellas clásicas de Hollywood, esta comedia romántica es juguetonamente seductora, llamativa y humorística.
Billy Wilder, una vez más, muestra de lo que es capaz con esta historia que pinta una imagen, a la vez real y surrealista, de amor y sufrimiento en la alta sociedad. Sabrina pertenece a la categoría de comedias románticas ligeras y poco exigentes que nadie hizo mejor que Hollywood en sus años de gloria. Se dice que ya no se hacen películas cómo esta, del tipo que se adapta perfectamente a la magia única que tienen estas clásicas y pulidas historias en blanco y negro.