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Renacer y evolucionar: el jazz en la contemporaneidad



Diego Álvarez


Para comenzar, debemos situarnos en el año en que el jazz dejó de ser el género popular al que estábamos acostumbrados. En 1967, por primera vez un festival de rock, el Monterey Pop Festival (en donde músicos como Jimi Hendrix saltarían a la fama), eclipsaba al festival de jazz en la misma ciudad (Monterey Jazz Festival). Aunado a esto, el fallecimiento de John Coltrane y el lanzamiento del álbum “Sgt. Pepper” de The Beatles en el mismo año, contribuyeron al declive del jazz como un género popular americano.


Scott DeVeaux, historiador y coautor del libro “Jazz”, presenta tres factores que contribuyeron hacia la gradual desaparición del jazz en el mainstream de la música:


1. El negocio: Time Out de Dave Brubeck, publicado en 1959, es el disco más popular tras su lanzamiento, pero solo alcanzó el reconocimiento de disco de oro cuatro años después, debido a la venta de más de 500,000 ejemplares. Esto, para el momento, era un hito poco más que usual. Los grupos de rock más populares en esos años solían vender por millones de ejemplares.


El rezago en las ventas fue tan grande que las disqueras tuvieron que crear nuevas categorías para contabilizar las ventas por millones. Así surge la denominación platino. Miles Davis con Kind of Blue, el disco de jazz más vendido en la historia, alcanzó el reconocimiento de disco de oro hasta 1993. Fue lanzado en 1959.


2. El baile: “¿Cuándo fue la última vez que alguien asoció el jazz con el baile?” se pregunta DeVeaux. Como bien se sabe, el jazz entre 1930 y 1940 era un tipo de música en donde las big bands tocaban para los bailes en los salones, pero las leyendas de la música como Dizzy Gillespie o Charlie Parker llevaron al jazz hacia un nuevo horizonte: el bebop.


El bebop es un estilo de música sumamente rápido que ponía a prueba la virtuosidad de los músicos y en el que las melodías de las canciones eran difícilmente cantables por los escuchas. El lenguaje del jazz evolucionó hacia un refinamiento que contrastaba con lo sucedido previo a la Segunda Guerra Mundial, cuando los estándares de jazz provenían principalmente de los musicales de Broadway o de las películas de Hollywood.


Estas transformaciones trajeron consigo cambios en los seguidores del jazz. Ahora los salones de baile no serían los recintos para el jazz, sino los clubes nocturnos y los asistentes no serían bailarines, sino escuchas.


3. El futuro: El jazz hoy en día comparte lugar con la música clásica. Este es un lugar frío, digno de estudio y nada más. Los círculos culturales y la academia pasaron a guarecer esta música, lo que la convirtió en un género hiper-intelectualizado. Los escuchas de jazz hoy son fácilmente estigmatizados como personas vestidas con cuello de tortuga, boina, un cigarro forjado a mano prendido, en otras palabras, snobs del café y los tragos.


Sin embargo, quizás, el jazz ya no se encuentra en dichos círculos, ni en las academias, ni en clubes nocturnos. Actualmente, uno de los géneros más populares en el mundo es el hip-hop, y es fundamental reconocer que este ha sido ampliamente influenciado por el jazz. El peso del jazz dentro del hip-hop no solo se encuentra en el groove, la improvisación y el sonido, sino también en el movimiento social que vio emerger. Pero, ¿Y si el hip-hop también influencia al jazz hoy en día?


Previo al oficial reconocimiento del hip-hop en 1980 como un género musical, podemos encontrar pequeños ejemplos que funcionan como una base a la que se le fueron agregando rimas y poesía más cercanas al rap dentro de las canciones de jazz.


El ejemplo más conocido y más antiguo data de 1920, en Harlem, Nueva York. Langston Hughes con “The Weary Blues” usaba por primera vez a un grupo conformado por una trompeta, un piano, un contrabajo y una batería. Esta base instrumental le sirvió a Langston para verter encima una melodía basada en el scat (forma de improvisación vocal, donde los fonemas se acomodan en función del sonido buscado), donde lo principal era la poesía, más que la frase musical y la sección rítmica que ofrecía. Sin una intención melódica sino lírica, Hughes nos entregó un ejemplo de lo que se convertiría en el hip-hop.


En 1970, Gil Scott-Heron y The Last Poets daban forma a la evolución que se plantea. En lugar de usar un ensamble entero de jazz, fueron acompañados únicamente por percusiones. Esto se encuentra en el álbum When Revolution Comes, bajo el nombre de The Last Poets. El freestyle es parte imprescindible del hip-hop, así como la improvisación lo es para el jazz.


La conversación que construyen los músicos y cantantes dentro de las canciones es un punto vital, tanto del del jazz como del hip-hop. Para ejemplificar, podemos referir a Dizzy Gillespie con Louis Armstrong interpretando "Umbrella Man" y podemos compararlo con la presentación de A Tribe Called Quest acompañado de Leader Of The New School interpretando "Scenario". En estos ejemplos se pueden percibir las similitudes entre los trades de Dizzy y Louis, la improvisación en ambos performances y el freestyle de cada uno de los MCs.


En 1990, ya con el jazz relegado de las listas de ventas de discos y de escuchas en las estaciones de radio, una lista selecta de productores como DJ Premier, Q-Tip, J Dilla, Pete Rock y A Tribe Called Quest, lo trajo de vuelta mediante el sampleo. El sampling o sampleo es una técnica de producción que empezó entre los 80s y los 90s. La técnica consiste en tomar fracciones de canciones o álbumes ya existentes para incorporarlas a las nuevas canciones. Los samples abarcan desde líneas melódicas de saxofón hasta grooves enteros de batería.


Para ejemplificar, podemos comparar Art Blakey and The Jazz Messengers interpretando "Stretching" de 1978 y Digable Planes interpretando "Rebirth Of Slick" de 1992.

Los músicos habían evolucionado y Miles Davis, el trompetista y líder del disco de jazz más vendido de la historia, lo sabía. Él formó parte de casi todas las etapas del jazz, desde la era del swing hasta la era del avant garde, pasando por el bebop, el cool jazz, etcétera. Miles nunca se quedó atrás. Él comprendió que el género cambiaba y por ello, tendría que caminar hacia algo distinto. Es por eso que escuchamos a Miles componiendo, produciendo y tocando un disco como Doo Bop (1992), el último disco del mítico trompetista.


Ahora bien, Robert Glasper es uno de los músicos que, en la actualidad, entiende a la perfección el vínculo metafísico entre el jazz y el hip-hop. En su disco, In My Element, Glasper combina strands tradicionales de jazz como “Beatrice” de Sam Rivers con un arreglo rítmico propio. En este álbum encontramos también un tributo a J Dilla llamado “Dillalude”.


Hoy en día, con Robert Glasper Experiment y Black Radio, el pianista, compositor, productor y músico; carga con la misión de acercar nuevamente el jazz a nuevas audiencias. Es posible afirmar que el jazz se ha convertido en música de culto, como si este fuera una obra en un museo.


El jazz está asociado con la admiración que proviene de una audiencia que difícilmente se involucra más allá del ejercicio de escuchar, difícilmente se siente identificado con lo que escucha, difícilmente siente una necesidad de bailarla, de mover la cabeza o de inmutarse en señal de disfrute. El público de jazz acude a los recintos con la intención de observar y admirar, de sorprenderse con lo virtuoso; lejos quedó de sus raíces entretenidas, de ser bailable.


Kendrick Lamar en To Pimp A Butterfly marca la pauta de un álbum que reúne amantes del jazz que llegan con ese amor original y que mantienen vivo mediante la exploración de los matices y sutilezas entre el jazz y el hip-hop. Músicos como Robert Glasper, Ambrose Akimusire, Flying Lotus y Terrence Martin –por mencionar algunos- formaron parte de este disco.


El jazz, como género musical, ha demostrado que desde sus inicios ha sido capaz de moldearse, de llevar sus fronteras más allá de lo que normalmente imaginábamos, desafía nuestras concepciones de lo que conocíamos y creíamos establecido. Por siempre y para siempre, el jazz renace y evoluciona. Quedan preguntas abiertas por responder y nuevos espacios de reflexión. ¿Por qué creeríamos que hoy en día no vivimos en una nueva etapa de cambio del jazz?, ¿por qué los compositores de jazz nos empeñamos en hacer canciones tan complejas que incluso nosotros mismos somos incapaces de tocar?, ¿por qué olvidamos el disfrute del público?, ¿por qué insistimos los viernes y sábados en tocar el mismo tributo al compositor que lleva 70 años muerto?

Referencia:

DeVeaux, S. K., & Giddins, G. (2009). Jazz. W W Norton & Company Incorporated.

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