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Los errores fundamentales del terror moderno

Actualizado: 4 nov 2019

Mariana Serrano


via: The Verge

 

La adrenalina es algo increíble. Hace que el cuerpo se active y que el corazón lata descontroladamente con emoción. En pocas palabras, nos hace sentir más vivos que en cualquier otro momento. Los humanos actualmente gastamos miles de dólares solo para sentir un poco de adrenalina, ya sea yendo a un parque de diversiones, saltando de paracaídas, nadando con tiburones, etc. Sin embargo, también hay formas muy sencillas de obtener una pequeña dosis de adrenalina, una de ellas incluso se puede hacer desde la comodidad del sillón: mirando películas de terror.


El terror es un género que ha estado presente en la industria del cine por décadas y se volvió tan popular y extenso que sería imposible cubrirlo en su totalidad. A pesar de ello, es importante adentrarnos en la historia de este notorio género del cine para poder entender sus motivos, su evolución y las razones para su actual declive.


El terror ha evolucionado rápidamente desde sus inicios en el siglo XIX; pasó de ser un género con efectos básicos y absurdos a ser uno de los más aclamados del cine. Las técnicas de terror comenzaron a desarrollarse y así nacieron grandes clásicos que revolucionaron el cine, tales como: El gabinete del doctor Calagari(1920), Nosferatu(1922), Drácula(1931), Psycho(1960), El exorcista(1973), entre muchos otros. Estas grandiosas películas no solo fueron una forma para aterrar a los espectadores, también fueron un reflejo de los miedos internos de la sociedad a través de los años, ya fuese el miedo a la extinción, a los fantasmas, a los aliens o a los asesinos seriales. No obstante, con cada filme las técnicas de horror se comenzaron a hacer más repetitivas y flojas hasta que, poco a poco, este género pasó de ser algo aterrador y emocionante a uno de los más olvidados e ignorados.


Hoy en día, el cine de terror es víctima de una constante burla y parodia debido a sus repetitivas historias y clichés usados hasta el cansancio. La audiencia ya se sabe todos los trucos de una película de terror básica y, aunque este género vio muchas épocas doradas, actualmente está en un declive inmenso. La mayor parte de las películas ya no invierten tiempo asustando a la audiencia con el uso de atmósfera, tensión, drama y/o suspenso, ahora van directo al jump scare y dan a la audiencia por servida. No hay ejemplo más claro de este fenómeno que la fallida película de terror La monjao la saga de Annabelle. El problema fundamental de estas películas fue que los directores tomaron la salida fácil, en lugar de tomarse el tiempo de crear una historia coherente y verdaderamente estremecedora, simplemente crearon personajes físicamente aterradores sin ninguna justificación para sus acciones. La monjaes un montaje de 96 minutos en el cual usaron cada truco de terror existente (jump scares, sonidos altos, gritos, escenas de posesiones demoniacas, el diablo, exorcismos, etc.) para asustar a la audiencia; sin embargo, la historia, los diálogos y los personajes fueron genéricos, olvidables y ridículos, haciendo que la película fuera considerada una gran decepción.


La deteriorada técnica de las películas de terror modernas no es el único factor preocupante. Estas películas con guiones básicos, personajes planos y secuelas sin sentido están mal acostumbrando a la audiencia a tolerar e incluso clasificar a estas malas cintas como “palomeras” o “para dar susto”. Mientras que estos filmes incompetentes están teniendo un éxito masivo en taquilla y continúan teniendo secuelas sin sentido, impresionantes películas independientes tales como Hereditary(2018), Us(2019) o Suspiria(2018), están siendo olvidadas o categorizadas como “pretenciosas” o “aburridas”. Ante esto, es imposible preguntarnos, ¿prefiere la audiencia películas con sustos baratos a películas con pocos sustos, pero una historia cautivadora? ¿Acaso los jump scareshan sesgado a la audiencia por completo?


Crear contenido de horror es un reto, pero si es posible. Lo que esta industria necesita es reinventarse para que las películas de terror puedan volver a ser aclamadas y relevantes otra vez. Es importante que los directores comiencen a ver películas con tramas desarrolladas y guiones correctamente ejecutados como ejemplos en lugar de seguir la ruta fácil y crear más películas como Annabelleo La monja. Algo tiene que cambiar antes de que la audiencia olvide las maravillas que el cine de terror ha logrado, como cuando toda una generación se impactó con la imagen de una niña poseída rotando su cabeza 180 grados o cuando el mundo se sorprendió con la traumática imagen de un hombre guardando el cadáver momificado de su madre. Queridos directores, es hora de cambiar. Denos pesadillas otra vez.

 

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