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La reforma eléctrica: crónicas de una 'traición a la patria'




En la mañanera del 21 de abril, el presidente Andrés Manuel López Obrador recordó que el Código Penal establece una pena de hasta 40 años en prisión a quienes cometan el delito de Traición a la Patria. Esto lo dijo en referencia al pasado 17 de abril cuando se rechazó su Reforma Eléctrica en la Cámara de Diputados. Sin embargo, el debate en torno a la Reforma se ha quedado en lo superficial del corto plazo, y nadie parece velar por el futuro de la energía en México. Entonces, ¿quiénes son los traidores?

Para que la Reforma Eléctrica fuese aprobada por la Cámara de Diputados, esta hubiera necesitado de la mayoría calificada, que implica que tres cuartas partes de los diputados votaran a favor. Se obtuvo la mayoría, con 275 a favor y 223 en contra, pero no consiguieron la mayoría calificada, por lo que la reforma no pasó a la siguiente fase. Para que una Reforma Constitucional sea aprobada, tiene que pasar primero por el pleno de la Cámara de Diputados, luego por el Senado y después por los congresos de cada Estado.


La Reforma Eléctrica buscaba modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, además de agregar algunos artículos transitorios. Esta se pensó como una forma de revertir muchos de los efectos de la Reforma Energética que se aprobó en 2013.


La Reforma de 2013 facilitó la venta de energías de proyectos privados y extranjeros, con vías de diversificar la oferta de energía en México, particularmente hacia las energías renovables. Liberalizó el mercado de la generación de energía eléctrica (actividad que antes se encontraba reservada al estado). Pero los mercados de distribución y comercialización siguieron siendo actividad reservada del estado, administrado por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).


La Reforma de 2022 busca limitar las ventas de energías de proyectos privados y fortalecer las plantas estatales. De esta forma, la CFE generaría toda la energía del país, con infraestructura a base de carbón, petróleo y gas natural.


La idea de que México tenga el control total de su energía suena bien en teoría. Da reminiscencia a la Expropiación Petrolera con Cárdenas en 1938 (en su momento llamada la “segunda independencia”), o la nacionalización de la industria eléctrica con López Mateos en 1960.

Sin embargo, el problema con esta Reforma, y por lo que la mayoría del pleno justificó votar en contra, es que aumentaría los precios de la luz y del petróleo, y haría la energía en México más contaminante.


Además, después de la Reforma de 2013 se hicieron una serie de inversiones en energías sustentable que se perderían por completo con la nueva Reforma, y pondría en peligro las inversiones nacionales e internacionales en el país.


Después de la votación, Morena acusó a todos los que votaron en contra como “vende patrias”. El presidente del partido, Mario Delgado, afirmó:


“Queremos que la gente vea las caras, los nombres, los rostros de los traidores para que no olvidemos nunca quién le dio la espalda al pueblo, a nuestros hijos, nietos, quienes deshonraron tantos siglos de historia como nación”


También anunció querer montar un “tendedero” con los nombres de aquellos que votaron en contra, por haber traicionado a las y los mexicanos.


Ahora, según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), la reforma incrementaría el precio de la electricidad de 17% en los hogares y 150% para las empresas.


Según el doctor René Augusto Solinís Noyola, académico de Ingeniería Ambiental del ITESO, la Reforma Eléctrica implicaría un retroceso de décadas en materia energética, e conllevaría un aumento de costos importante debido al monopolio que tendría la CFE. Además, las plantas de la CFE que generarían la energía son plantas extremadamente contaminantes con una tecnología ineficiente y obsoleta. Asimismo, la Reforma no contempla un registro de contaminantes para medir las afectaciones ambientales de la producción de electricidad, un requerimiento para cumplir los acuerdos de Paris.


No obstante, Solinís también comenta que Reforma Energética de 2013 no implicó una disminución en la contaminación como se esperaba, ya que las plantas de energía solar o eólica siguen dependiendo en parte del gas natural. Ni el sector público ni el privado ha tenido la iniciativa de realmente impulsar una transición energética.


El debate nacional está centrado en esta polarización entre Morena y su oposición. Los planes nacionales se basan en el sexenio, en estar en el poder o en quitar a quienes están en el poder. El pacto entre PAN-PRI-PRD logró que no pasará la Reforma Eléctrica, pero se trata de bloquear la reforma de la oposición, y no necesariamente de velar por los intereses del país.


En México y en el mundo estamos llegando a una crisis energética, por los recursos limitados y por el calentamiento global. Necesitamos urgentemente hacer una transición energética para poder llegar a una producción sustentable para el futuro.


Ni la Reforma de 2013, ni la de 2022, ni ninguna ley, ni nada que tenemos actualmente mira a largo plazo. Según la Reforma Energética de hace 9 años, se podía subastar a empresas privadas para que generaran la electricidad, incluyendo energía eólica y solar. Sin embargo, la transición energética no se trata de quién genera la energía, sino que de cómo se genera, y hasta la fecha no existe en México un plan a largo plazo para llegar una transición a energías renovables.


En México, el 60% de la energía eléctrica depende del gas natural, el cual ha subido de precio de forma exponencial en las últimas semanas a raíz de la guerra en Ucrania. La Unión Europea y Estados Unidos ya anunciaron que van a limitar la compra de gas a Rusia, y México le compra gas a Estados Unidos, por lo que los precios solo seguirán subiendo.


Según un reporte “El potencial renovable de México. La soberanía energética que no se ve” por Greenpeace (2020), México cuenta con suficientes recursos solares y eólicos para generar el 100% de la energía del país, además de tener un excedente que pueda ser exportable. La transición energética en México es posible si nos alejamos de una concepción centrada en el petróleo y el gas natural.


Falta una planeación más allá del sexenio, la discusión del domingo solo era para pasar-rechazar el plan que está haciendo esta administración, pero nadie está velando por el futuro del país. La Reforma Energética de 2013 fue una herramienta, pero hasta la fecha no hay plan. La Reforma Eléctrica de 2022 buscaba una mayor concentración del poder sin importarle el futuro del medio ambiente. Sí, hay traidores a la patria, pero no son unos cuantos, son todos.

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