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La mordaza

Actualizado: 12 ago 2021



Vía: newyorker.com


“Si le cortas la lengua a un hombre, no demuestras que esté mintiendo: demuestras que no quieres que el mundo oiga lo que pueda decir.” - George R.R. Martin



A Donald Trump le quedaban dos semanas en la silla presidencial cuando, en enero de este año, diferentes redes sociales bloquearon las cuentas del POTUS.


Ahora los gigantes tecnológicos censuran Presidentes y los periodistas aplauden.

Ahora Occidente comienza un viaje de ida hacia la destrucción y el olvido.


Ahora conviene recordar que la censura es el arma de un tirano, no el recurso de un demócrata. Todos los Imperios de la Historia, sin importar lo grandes o importantes que hayan sido, cayeron; hoy no queda ninguno.


Ahora observo perplejo, desde mi silla reclinable, cómo se desintegra el nuestro, el que los “expertos” llaman Capitalismo liberal o Democracias de libre mercado.


Dejando a un lado el hecho de que estos sistemas no son liberales, ni democráticos, ni capitalistas y que no hay libre mercado en ninguno de ellos, me gustaría centrarme en la guerra que parecen haberle declarado nuestros amos a la Palabra.


Si se puede amordazar al Presidente de los Estados Unidos, se puede censurar a todo el mundo. Tú y yo no vamos a tener ninguna opción cuando nos toque.


El argumento que esgrimen los censores es que son plataformas privadas y que nadie te está obligando a usar su servicio. Tienen algo de razón. Pero sería muy injusto decir que Google, Facebook, Apple, Amazon y Twitter son compañías normales.


Cuando se rompieron los monopolios en EEUU en los años de Teddy Roosevelt, la prueba definitiva en el juicio fue que todas las compañías habían tomado la misma decisión económica en el mismo momento para manipular el mercado energético.

Esto permitió al Estado alegar con éxito la naturaleza monopolística del sector, liderado por un tal John D. Rockefeller.


Hace apenas 2 semanas, el mundo vio cómo todas las compañías tecnológicas se ponían de acuerdo para, en un periodo de 3 días, evaporar la identidad digital del entonces Presidente Trump.


Por si fuera poco, no sólo le echaron de la plataforma privada si no que hicieron presión sobre Apple y Android para que eliminarán de sus sistemas operativos la aplicación a la que migró todo el movimiento Trumpista tras la censura al líder.


Estas compañías han demostrado ser algo más que empresas privadas, pareciéndose más en su modo de operar a una mafia o un cártel que a un proveedor del sector servicios.


¿Pero saben qué es lo mejor? Que (casi) nadie ha dicho nada. Los líderes mundiales, sometidos como sumisos sexuales por la dictadura de la imagen y de la corrección política, han celebrado la censura del “extremismo”, pensando que nunca les va a tocar a ellos. Como en todas las encrucijadas, los políticos demuestran una vez más que son lo más mezquino y ruin de la sociedad… También obvian el hecho de que los péndulos se mueven en dos direcciones; mañana será su turno y la mitad de la población lo celebrará, como ayer hicieron ellos.


Les dejo con una reflexión clásica que hizo uno de los fundadores de Estados Unidos: El único discurso que merece ser defendido es aquel con el que no estás de acuerdo.




Arcadio Falcón www.arcadiofalcon.com

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