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La invisibilidad y lo cotidiano: Tiqqun y el comité invisible



El día 6 de abril del año 2011, Glenn Beck, comentador de la red conservadora de noticias Fox News, reseñó un pequeño libro escrito por un grupo anónimo. Beck tuvo mucho que decir sobre este librito, calificándolo como un texto irracional y malvado; a pesar de ello, Beck también llamó a sus televidentes a conseguir el libro, para que de esta manera la audiencia pudiera conocer la manera en que piensa la “izquierda radical”. No es poco usual que lxs comentadorxs de noticias pertenecientes a la cadena Fox tachen de radical cualquier discurso que se desvíe del quasi-fascismo que lxs define. Sin embargo, esta vez el descriptivo no era necesariamente erróneo.


Tres años antes, el 11 de noviembre del 2008, un año después de la impresión de dicho libro, lxs autorxs (o quienes son fuertemente sospechados de ser autorxs) fueron arrestados por el gobierno francés bajo cargos de sabotaje.


La historia del grupo anónimo El Comité Invisible está compuesta de momentos de controversia. Su historial de publicación se caracteriza no sólo de ser inflamatorio hacia el statu quo, sino de también ser filosóficamente muy rico. Es notable que, mientras el juicio de lxs nueve de Tarnac ocurría, salieron a su defensa varias personalidades importantes del mundo de la filosofía, como lo son Giorgio Agamben, Slavoj Zizek, Alain Badiou, entre otrxs.


El texto reseñado por Glenn Beck, La insurrección que viene, fue utilizado como evidencia en el caso contra lxs nueve. En este se promueve la formación de comunas y el sabotaje de infraestructuras que permiten el funcionamiento de la maquinaria social, como vías de trenes de alta velocidad y cables de transmisión de información, ejemplos que correspondían con los sabotajes por los cuales eran acusadxs (cabe mencionar que, tanto el sabotaje por el que se les acuso como el descrito en La insurrección que viene tiene la finalidad de no dejar heridos, a la vez de que la infraestructura saboteada quede inservible para el funcionamiento de la maquinaria social). Adicionalmente, el grupo también estaba fuertemente involucrado con proyectos comunales: destaca la organización de un supermercado comunal que facilitaba el acceso a víveres a personas de la tercera edad.


Estos elementos, los más explícitos en la obra del Comité, distan mucho de ser los más interesantes (y para el estado, los más peligrosos). Como mencionaba anteriormente, hay una riqueza filosófica que debe ser destacada: se ve una clara influencia del filósofo alemán Martin Heidegger (un filósofo que destaca no sólo por su potente pensamiento, sino también por la ilegibilidad de su prosa), igualmente se ve la presencia de categorías ideadas por el pensador francés Guy Debord (particularmente su tesis sobre la sociedad del Espectáculo).


¿Qué se necesita para poder entender al Comité invisible? En realidad, no tanto como pudiera parecer. Obviamente una familiaridad con los autores ya mencionados (y otros más) facilitaría mucho las cosas, pero la erudición con respecto al canon filosófico es justo lo que el Comité no quiere provocar en sus lectorxs. Sólo hay algunos conceptos, ideas y concepciones que son buena idea tener en mente mientras unx intenta acercarse a los textos del Comité invisible.


El más importante de todos de tener en cuenta es la noción de capitalismo que trabajan. Como cualquier colectivo respetable que se postula en contra del statu quo, el Comité invisible es claramente anticapitalista; sin embargo, la crítica al capitalismo que hacen no se reduce a su aspecto económico, sino que se extiende a las esferas sociales e incluso psicológicas de la vida humana. El Comité ve en el capitalismo no sólo un fenómeno económico, sino que observa y critica cómo este sistema infecta demás aspectos cotidianos. El siguiente fragmento, tomado de su libro Ahora (2017), ilustra claramente lo anterior:


Tomemos el caso contemporáneo del dance-floor de una discoteca: nadie está ahí por la pasta [el varo], sino para divertirse. Nadie se ha obligado a pasarse por allí como cuando uno se va a trabajar. No hay explotación manifiesta, ni circulación visible entre las futuras parejas, que todavía andan meneándose. Y sin embargo, nada hay aquí que no sea evaluación, valorización, autovalorización, preferencias individuales, estrategias, emparejamientos ideales, bajo la presión de la optimización, de una oferta y una demanda; en resumen, puro mercado neoclásico y capital humano. […] La economía como relación con el mundo ha excedido desde hace tiempo la economía como esfera (1).


A lo que se opone el Comité invisible cuando se dice anticapitalista es (entre otras cosas) la pretensión que pudieran tener lxs economistas de integrar a su campo no sólo las decisiones que refieren al manejo de recursos públicos y privados, sino que también todas las decisiones humanas. Esto no por objeciones de rigor por parte de la economía como campo (al menos en su concepción clásica), sino porque lxs miembrxs del Comité invisible ven en el sistema económico actual un parásito que ha podido llegar a lo más profundo de la psique humana.


Sería necesario escribir mucho más para poder resumir efectivamente el pensamiento expuesto en la obra del Comité invisible; por fortuna, gran parte de los escritos del colectivo (bajo el nombre Tiqqun) se encuentran en línea fácilmente. Aquí queda el link, para que puedan satisfacer su curiosidad revolucionaria ustedes mismxs.


(1) Comité invisible. Ahora. (La Rioja, España: Melusina, 2017) pgs. 105-106


https://tiqqunim.blogspot.com/p/primer.html


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