"Euphoria": Un retrato visceral y explícito de la sociedad actual
Actualizado: 9 abr 2020
Mariana Serrano

Tras el decepcionante desenlace de Game of Thrones que defraudó a millones de espectadores alrededor del mundo con uno de los finales más flojos de la historia, muchos de los suscriptores de HBO se quedaron con dudas sobre el futuro de la cadena. Pero HBO parece no estar dispuesto a bajar el nivel de sus producciones.
La calidad de series y el nivel actoral que ha puesto en la pantalla después del último capítulo de GOT ha sido impecable. Esto se puede ver con el shock que creó la mini serie de drama histórico Chernobyl al igual que la fantástica recepción que ha tenido la segunda temporada de Big Little Lies.
Y por si fuera poco, el 16 de julio llegó Euphoria, una serie creada por Sam Levinson y protagonizada por Zendaya, la ex actriz de Disney, y por otras grandes personalidades. Con un solo capítulo, este programa impactó a su audiencia con la crudeza y honestidad con que retrató los problemas (como la adicción a las drogas, la violencia y la depresión) a que se enfrentan los jóvenes hoy en día.
Euphoria no busca romances ni clichés y no tiene miedo a mostrar las cosas tal y como son: brutales, violentas y escalofriantes.Pocas series han logrado causar tanto impacto con su honesta brutalidad. Una de ellas fue Skins, el show de ficción británica que seguía a un grupo de chicos con varios vicios, traumas y adicciones que se mostraban de forma muy explícita en la pantalla. Y aunque fue innovadora en su tiempo, la rapidez con la que ha evolucionado la sociedad ha hecho que la serie se vuelva distante y difícil de conectar con los adolescentes actuales. Por eso, en esta época de sobre estimulación, Euphoria llega a pintar un retrato perfecto de nuestra disfuncional sociedad.
Rue Bennett (Zendaya) es la protagonista de la historia. Es una joven de 17 años que lucha contra la drogadicción y la pérdida de su padre.A lo largo de la serie Rue actúa como una especie de narradora omnisciente. Este estilo es muy interesante ya que permite que la audiencia se adentre en pensamientos de varios personajes y eventos pasados que sería imposible mostrar en pantalla con una narración convencional. Además, este singular estilo narrativo le da a la audiencia la sensación de que está leyendo un libro de poesía en el que poco a poco, a través de metáforas visuales, se va desenvolviendo la historia como nunca antes en otro show.
La vida de un adolescente no es fácil: está plagada de confusión, excesos, emociones volátiles, peligros y miedo. Y Euphoria no tiene miedo de ponerlo en pantalla. No tiene miedo de mostrar la crudeza de lo que una adicción a las drogas conlleva, de mostrar el nivel de excesos que lideran la vida de los jóvenes o las terribles consecuencias del abuso sexual.
Ahora más que nunca es importante dejar de romantizar la adolescencia como la mejor etapa de la vida de un ser humano. Sam Levinson y su equipo nos dejan claro que para la mayoría de las personas no lo es.