Demon Slayer: el anime y el japón del pasado
Andrea Martínez

La inspiración de este texto surgió gracias a mi novio Ángel (que, por cierto, es otaku de closet igual que yo) ya que los dos estábamos viendo Demon Slayer. Y, como diría Javier Ibarreche, ¡Spoilers! Lo que haré en este escrito es ver los elementos históricos que este anime tiene con respecto al Japón del siglo pasado.
En un capítulo de la primera temporada nuestro personaje principal (Tanjiro Kamado) se asusta porque un demonio le dice que llevaba comiendo humanos desde la era Meiji, por lo que Tanjiro le contesta que ahora se encuentran en la era Taisho, más allá que el demonio tuviera 100 años o más. En este momento mis antenas de historiadora en formación se agudizaron y a lo largo del anime mi experiencia fue distinta.
Ya que el contexto histórico en el que se envuelve Demon Slayer cobra otro sentido: tanto en el arte de la animación, la indumentaria de los personajes, así como los paisajes en general. Entonces la gran pregunta es: ¿qué es la era Taisho y esto como se ve reflejado en el anime? Bueno, nos remontamos a principios del siglo XX; aunque, para entender el contexto global, tenemos que dar unos pasos atrás, a la era Meiji, su predecesora.
Meiji es la era en Japón que se desenvuelve en el siglo XIX; en esta etapa de la historia nipona termina el sistema feudal o shogunato; que si quieren leer un poco sobre el tema pueden consultar mi artículo anterior sobre los samuráis. Al caer este sistema político-social, llegó un proceso de occidentalización. En este sentido hubo muchos cambios tanto sociales, económicos y políticos.
Para empezar tuvieron una apertura comercial; esta apertura comercial creó una gran industrialización. Los expertos en la época Meiji y Taisho mencionan que es importante tomar en cuenta que muchas de las políticas e ideas eran un espejo de occidente para que esta nueva nación estuviera a la altura (en términos modernos) al resto del mundo. Pero, para fines prácticos, podemos entender que la era Meiji fue un quiebre donde Japón se revolucionó para poder integrarse al resto del mundo, trayendo consigo el colonialismo imperial, la industrialización, la figura del emperador como líder de la nación con poder real, así como varios conflictos armados que se extenderían al siglo XX.
Ahora sí, a lo que venimos. La era Taisho, tras el fallecimiento del emperador anterior, se desenvuelve en las primeras décadas del siglo XX. En esta época, en Japón y, sobre todo, en Tokio hubo un boom económico: muchas personas se estaban mudando a la grandes ciudades. Sin embargo, tenemos que recordar que esta revolución Meiji no significó que muchas tradiciones japonesas se perdieran; al contrario, la era Taisho buscó encontrar un punto de equilibrio entre la gran modernización y los valores tradicionales de Japón.
Esto se vio en las costumbres de los japoneses en esta era, cosa que en Demon Slayer podemos observar; puntualmente en personajes como Muzan Kibutsuji que en este caso utiliza en su mayoría ropa occidental. No obstante, también en esa época había hombres y mujeres preferían vestimenta tradicional, como el caso Nezuko y su icónico Kimono. Es el mismo caso de la gastronomía: muchos platillos internacionales se ofrecían, pero la dieta japonesa siguió a base de arroz y pescado.
Por otro lado, los trenes y las posteriores líneas del metro dentro Japón se empezaron a utilizar de manera más cotidiana. Esto lo vemos muy claro en la película, El tren infinito; donde además de hacernos llorar por cierto personaje, también demostraron cómo los medios de transporte se volvieron parte de la vida cotidiana de Japón.
En contraste, un aspecto visual muy controversial son los aretes que lleva consigo Tanjiro, que llevan la bandera del sol naciente; como había mencionado un poco anteriormente Japón durante finales de la época Meiji y principios Taisho buscaron crear un gran imperio por medio la expansión y, por ende, un orden colonial. Así, esta bandera es problemática por el significado que contiene implícito, por lo que muchos países se optaron por cambiar el diseño de los aretes de Tanjiro.
Por último, quería mencionar que, en la era Taisho, hubo una gran movilización de las mujeres en la vida pública, pero, sobre todo, en el ámbito de la medicina. Muchas mujeres, por los conflictos bélicos, se ofrecieron en voluntariados para ayudar a los caídos en guerra, así como a los enfermos. Rol que la señora Tamayo describe a la perfección, no sólo por su preocupación hacia nuestros personajes principales, sino también al enfermo que lo necesite.
En resumen, Demon Slayer es un gran ejemplo de una buena adaptación histórica tanto en lo visual, como por las ideas que hay detrás de la trama; cosa que pienso expresar en otro artículo, puntualmente de un autor japonés de la era Taisho que también escribe sobre demonios. Pero eso es harina de otro costal.
Destaco que el anime presenta una gran oportunidad para aprender un poco sobre la sociedad japonesa de la era Taisho, que es una época no sólo visualmente preciosa, sino también una época de un boom de literatura y expresión artística, así como de cambio en la sociedad japonesa. Finalmente, sólo quiero añadir que espero la nueva temporada con ansias y que mi personaje favorito hasta ahorita es Zenitstu… siéntase libres de juzgarme.
Bibliografía:
Segal, Ethan. Meiji and Taishō Japan: An Introductory Essay, Department of History, Michigan State University, 2015
Hirano, Katsuya. The Politics of Dialogic Imagination : Power and Popular Culture in Early Modern Japan. Chicago Studies in Practices of Meaning. Chicago: University of Chicago Press, 2014