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'Cartucho', de Nellie Campobello: Más allá de la vida, la veracidad, de su tiempo y del tiempo



Esta obra en específico, tanto en la producción de su autora, Nellie Campobello, como para el panorama literario de México, es un punto y aparte que puso y pone pautas para la comprensión de la literatura producida en el país después de los años 30 del siglo pasado, si no es que en gran parte de América Latina.


Cartucho a simple vista es un libro de cuentos o relatos de la lucha en el norte de México. Pero es más que eso: es una ruptura con cierto estilo literario, con cierta visión del mundo y de las cosas.


Estructurado en tres partes, “Hombres del Norte”, “Fusilados” y “En el Fuego”, Cartucho nos presenta retratos de la guerra de la Revolución y su cotidianidad. Hombres, soldados y sus muertes; mujeres enlutadas; infancias que configuran y programan su erotismo desde la muerte (una “muerte erotizada”, en palabras de Margo Glantz); voces a las que la muerte, lo heroico y lo cruel son cosas que vienen en el mismo paquete…


Así como zacate recién cortado, parejo.


“’En este callejón tan feo’, dije yo abriéndome de piernas para voltearlo y verle la cara, pura curiosidad para que no me siguiera en la noche”.


Sin embargo, lo singular de esta obra no es únicamente los temas que trata, sino lo que implica el hecho de que los trate y cómo es que la autora lo hace.


¿Cómo es posible plasmar el dolor, la guerra y todo lo que conllevam si no es a través del silencio? En esto coinciden Trilce, de Cesar Vallejo, y Cartucho.


Lo silencioso que hay en esta obra de Campobello se caracteriza por la exactitud, por lo justo que es el estilo narrativo que provoca nada más que el silencio de no saber. De no saber y presenciar lo que no se sabe: la muerte, y la muerte gozada también, la crueldad.


Ya bien lo precisó la autora en Prólogo a “Mis libros”: “El hecho de gozar ampliamente de esta libertad se concentra en el arte de saber hasta dónde llega la línea recta”.


“Allá en el Ébano, Urbina lo supo y todo él se descompuso. Sus sentimientos salieron a tropel”.


¿Qué más queda cuado la violencia se normaliza y es naturaleza (un muerto debajo de la ventana, como roca decorativa), y lo cruento es noticia de cada día? La falta de palabras, la exactitud de lo que pasó y es, el silencio.


Así como paredón acribillado, los relatos de Cartucho están compuestos por oraciones que parecen balas, directas. Nomás dejan el hueco donde impactaron y el polvaderío de lo que pulverizan.


Posible verlo en “Él”, o “Cartucho” en la primera edición, en “Desde una ventana”, “El corazón del coronel Bufando”, “La sentencia de Babis”, etc…


Lo impresionante de Cartucho es que es un fenómeno literario, uno que puede definirse como moderno, ya que actualizó el lenguaje literario para dejar a un lado la pretención clasicista y naturalista de algunos escritores mexicanos de la época.


Lo que impresiona de Cartucho es el hecho de que su autora, Nellie Campobello, siguiendo a Baudelaire (Diegardo, no Nellie), alcanzó lo efímero y lo trascendental de su tiempo en los relatos de la lucha en el norte de México.


Escribió (más allá de la vida,) y literaturizó (más allá de la veracidad,) el suceso (de su tiempo,) “así como son las cosas desagradables que no deben de saberse”. Mediado todo por la voz primigenia, de donde sale la poesía, la de la oralidad (del tiempo).


El final de Nellie Campobello es cruento, como algunos de los retratos en Cartucho. Pero mal pedo sería que ni una hojeada le dieran a su obra, hijos de la china Hilaria.

Bibliografía:

-Glantz, Margo. “Vigencia de Nellie Campobello”. Cuerpo contra cuerpo. Sexto Piso, Edición y prologo de Ana Negri, 2020, ppg. 115-138.

-Campobello, Nellie. Cartucho, Relatos de la lucha armada en el norte de México, Ediciones Integrales, 1931.

---. Cartucho, Relatos de la lucha en el norte de México, Bolsillo Era, 2016.

---. “Prólogo a ‘Mis libros’”. Obra reunida. Fondo de Cultura Económica, 2ª edición, 2016, ppg. 339-376.



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